
En el mundo de la estética siempre se están realizando nuevos avances para encontrar sustancias o tratamientos que sean más beneficiosos para la dermis. Sin embargo, en ocasiones hay sustancias que debido a sus resultados satisfactorios siempre están en continuo uso. Este es el caso del ácido hialurónico que aporta muchos beneficios a la piel. En este post te contamos las propiedades del ácido hialurónico y por qué es tan beneficioso.
¿Cuáles son las propiedades del ácido hialurónico?
Los rellenos faciales son materiales que se utilizan en Medicina Estética con el objetivo de eliminar arrugas, reponer volúmenes y dar firmeza a la dermis. Existen varios tipos pero el ácido hialurónico está considerado como la estrella de los rellenos faciales. Esto se debe a que posee una gran cantidad de propiedades además de que es un material de relleno muy versátil.
La principal característica del ácido hialurónico es que es un material biocompatible con el organismo ya que, de hecho, proviene de él. Esto significa que en nuestro cuerpo de por sí contamos con ácido hialurónico que nos ayuda a mantener la piel hidratada y con elasticidad. Con el paso de los años, sobre todo a partir de los 35, esta sustancia comienza a perderse y es entonces cuando empiezan a aparecer las líneas de expresión y pequeñas arrugas.
En términos generales se puede decir que los beneficios y propiedades del ácido hialurónico que lo hacen tan exitoso como tratamiento estéticos son que:
- Hidrata la piel en profundidad.
- Devuelve la tersura a la dermis.
- Repone volúmenes perdidos por la falta de tono.
- Totalmente biocompatible con el organismo.
- Se puede aplicar en cualquier tipo de piel.
- Se puede aplicar en varias zonas del rostro y del cuerpo.
- Aumenta la capacidad de la dermis de retener agua.
- Otorga volumen a determinadas zonas.
- Rellena surcos o arrugas.
- Mejora la textura de la piel.
- Corrige manchas y cicatrices.
Las zonas donde se aplica este tratamiento
El ácido hialurónico puede aplicarse en pieles de todas las edades y también diversas zonas del organismo. Su aplicación es sencilla y se realiza mediante microinyecciones de la sustancia directamente en la capa profunda de la zona a tratar. Por ello, se trata de sesiones de corta duración, aproximadamente entre 15 y 20 minutos, tras las cuales el paciente puede volver a su vida normal sin problemas. Además, el hecho de que sea un material biocompatible y reabsorbible lo hace inocuo y, por tanto, sin efectos secundarios.
Las zonas más habituales donde se aplica son:
- El rostro. Es la zona por excelencia. Aquí puede aplicarse con diversos fines y, para ello, existen distintos tipos de ácido hialurónico, unos de alta reticulación y otros de baja reticulación. Así, en la cara se puede aplicar para:
- Relleno de labios e hidratación.
- Relleno de ojeras hundidas y marcadas.
- Relleno de surcos nasogenianos o líneas de marioneta.
- Relleno de arrugas de frente, patas de gallo, etc.
- Aumento de pómulos.
- Redefinición del ángulo mandibular.
- Rinomodelación.
- Corrección de manchas o cicatrices.
- El cuello. Es otra de las zonas en las que tiene mucho éxito su uso ya que el cuello tiende a ganar flacidez con los años. Por ello, aplicar ácido hialurónico ayuda a dar firmeza a la piel de esa zona rejuveneciéndola.
- El escote. La zona del escote también pierde tersura y aplicando ácido hialurónico se puede recuperar al mismo tiempo que tiene una mejor textura.
- Las manos. En las manos se refleja también el paso de los años y es una zona que, al ser de continuo uso, se estropea con mayor facilidad. Al aplicar ácido hialurónico se hidratan las manos y se mantienen jóvenes.
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