Factores como el paso del tiempo, la genética, la excesiva exposición al sol o el estrés laboral ocasionan que la piel acabe marcada de una u otra forma. Como consecuencia, el rostro va perdiendo su elasticidad y textura natural, tendiendo a caer y a formar arrugas o surcos entre la nariz y la boca.
En este sentido, el lifting facial o ritidectomía surge como una solución para conseguir firmeza, y un aspecto más joven y atractivo del rostro. Gracias a esta intervención los pacientes no sólo pueden decir adiós a los signos de envejecimiento sino también pueden eliminar el exceso de grasa en zonas específicas del óvalo, como por ejemplo en la papada.
¿En qué consiste la cirugía del lifting facial?
El fundamento principal de la ritidectomía es reposicionar los tejidos profundos de la cara, es decir, la musculatura o sistema músculo aponeurótico superficial (SMAS). De esta forma, se convierte en la mejor opción para aquellos pacientes que desean dar una tensión definitiva a su rostro y conseguir un efecto de rejuvenecimiento natural, eficaz y, sobre todo, permanente.
Antes de la cirugía en sí misma, en Cosmédica se llevará a cabo desde un mes antes del proceso quirúrgico una técnica de peeling, que colaborará a una mejor irrigación sanguínea de los tejidos faciales así como a un mejor aspecto de la dermis a tratar.
En primer lugar, realizamos un estudio personalizado de la morfología facial y las zonas a tratar. Tras este análisis se procede a intervenir: realizamos una incisión que va por encima del pabellón auricular hasta el cuero cabelludo. Todas las incisiones están posicionadas para que se camuflen con la morfología normal del rostro y sean imperceptibles.
Tras realizar las incisiones necesarias elevamos la piel junto al tejido SMAS y se estira en la dirección adecuada. A continuación, reacondicionamos la piel a la nueva estructura profunda de la cara. De esta manera los tejidos se recolocan en el lugar correcto mediante una técnica quirúrgica denominada ritidectomía compuesta.
Además de la piel, la cirugía se concentra sobre las estructuras musculares, óseas y grasas de la cara, lo que permite unos resultados más naturales y más duraderos a medio y largo plazo. Con este método, los resultados finales son mejores y se mantienen por un mínimo de seis años.
Rejuvenecimiento facial sin alterar la expresividad del paciente
El principal objetivo del lifting facial es rejuvenecer de forma natural, vital, elegante y en armonía con el resto del rostro, consiguiendo un resultado que no altere la expresividad del paciente, sino que simplemente le otorgue una apariencia más joven, sana y activa.
Las mejoras faciales que se consiguen con el lifting son visibles en diferentes zonas del rostro, dependiendo del tipo de procedimiento por el que se decante el paciente asesorado por su doctor especialista en estética. El lifting facial siempre cumple las expectativas de unos pacientes exigentes que disfrutan de los beneficios de un tratamiento que les devuelve la juventud.
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