La edad no perdona y luchar contra el paso del tiempo es una batalla perdida. Además, los años no solo dejan mella en el organismo, sino que se reflejan también en la imagen exterior. Sin embargo, el cuerpo no envejece al mismo ritmo en las diferentes partes de nuestro cuerpo sino que hay zonas más y menos castigadas por la edad.
La cirugía estética puede ponerle freno a los efectos del paso del tiempo, pero siempre bajo la supervisión de personal cualificado para ello. Pasar por el quirófano y eliminar esos daños producidos por los años es algo posible, pero siempre que sean los mejores profesionales los que participen. Solo en manos de especialistas con experiencia se puede devolver a tu cuerpo la juventud perdida. En este sentido, informarse y consultar tu caso con el cirujano es clave, es tu salud la que está en juego y un resultado natural es algo que solo pueden ofrecer las mejores clínicas especializadas.
También es fundamental prestar atención al momento de la cirugía. El otoño es la mejor época para operarse, así lo recalcan los estudios. Los motivos principales se basan en que el cuerpo tiene por delante varios meses para la cicatrización antes de volver a estar expuestos al sol, cremas solares y otros agentes externos, que pueden provocar que la herida cure con más lentitud.
¿Qué zona es la más maltratada por la edad y que antes envejece?
En este sentido, el pecho es la más perjudicada ya que envejece mucho más rápido que otras y aparenta ser siempre dos o tres años “mayor” que el resto del cuerpo. Las manos y el rostro siguen muy de cerca en el ranking de las zonas que sufren más estragos con los años. Por detrás de estas tres, los párpados, el cuello y escote, las rodillas y el cabello.
El pecho
Según un estudio realizado por la Universidad de California, Los Ángeles, Estados Unidos, el pecho es la zona que más estragos sufre con el paso del tiempo. La pérdida de elasticidad de la piel provoca que esta zona sea la que antes envejezca y aparente siempre ser dos o tres años “mayor” que el resto del cuerpo. Además al tratarse de una zona sensible y expuesta sufre las consecuencias del sol y tiende a mancharse con la edad.
Las manos
Las manos son la parte del cuerpo más expuesta a las inclemencias meteorológicas y una de las más castigadas por el sol. Está demostrado que la exposición al sol es uno de los factores clave para el envejecimiento de la piel y en este sentido, las manos se llevan la peor parte. Es importante cuidarlas con cremas, tanto hidratantes como solares ya que una vez el daño está hecho es imposible repararlo. Las manos son a menudo una carta de presentación, prestarles un tratamiento especial es clave para evitar que los años hagan mella en ellas. A partir de los 20 años, las manos comienzan con su desgaste, aunque es a partir de los 30 o 40 cuando se visualizan los efectos de esta degeneración.
La cara
La piel pierde elasticidad con la edad y la dermis del rostro es muy sensible. Las líneas de expresión, arrugas, surcos e incluso manchas son algunos de los estragos que se ven en la cara con el paso de los años. Es inevitable el envejecimiento pero una buena hidratación, una adecuada dieta y el uso de productos antiedad pueden favorecer el deterioro del rostro. La cirugía y medicina estética está preparada para solucionar los efectos de la edad en la cara y existen tratamientos de todo tipo para retrasar e incluso reparar el envejecimiento facial. Es crucial que los productos que usemos sean de buena calidad, existen un sinfín de posibilidades en tratamientos antiedad y no siempre son los adecuados para nuestra piel.
Los párpados
Con la edad, la piel y los músculos pierden su elasticidad y los párpados tienden a caerse. El efecto de un párpado caído puede provocar que nuestro rostro padezca de un envejecimiento prematuro y aparente más edad de la real. Dormir bien, evitar el consumo excesivo de sal y beber mucho agua puede suponer un antes y un después para el posterior envejecimiento. La cirugía estética ofrece soluciones para devolverte la juventud a la mirada, con el levantamiento de párpados se añade un extra de juventud al rostro que en ocasiones es imposible recuperar.
Cuello y escote
La piel del cuello y el escote es más delicada y más fina que en el resto del cuerpo. Además, suele ser una zona muy expuesta y por tanto muy castigada por el paso de los años. Estas zonas envejecen rápidamente por lo que se recomienda extender el mismo tratamiento para el rostro en estas partes del cuerpo.
Las rodillas
Las rodillas sufren de un desgaste acelerado con respecto a otras zonas del cuerpo. Es habitual observar en las rodillas una pérdida de elasticidad mayor que en el resto de la pierna y esta diferencia suele ser antiestética y reflejar más edad que la real. El ejercicio físico es clave para paliar estos efectos y mantener unas rodillas tersas durante más tiempo.
El cabello
Las canas están asociadas a la vejez, sin embargo hay personas que las sufren antes que otras. En algunos casos su aparición es muy temprana, en otros más progresivo. Las canas son síntoma de vejez, aunque también pueden estar provocadas de manera prematura por otros factores como el estrés. No solo la coloración es signo de envejecimiento, también el cabello cambia de textura, volviéndose más débil, graso y fino.